Esto provocó una tormenta de privacidad en toda la Unión Europea, con quejas de privacidad presentadas ante las autoridades de protección de datos en nueve países de la UE. La Comisión Irlandesa de Protección de Datos (DPC, por sus siglas en inglés) expresó su sorpresa por el uso de datos no revelado, y los expertos en privacidad argumentan que el consentimiento del usuario es necesario para este tipo de uso de datos.
El DPC irlandés ha iniciado acciones legales en el Tribunal Superior de Irlanda, solicitando una orden judicial para detener el uso de datos de X para el entrenamiento de IA. Sin embargo, el Centro Europeo de Derechos Digitales, una organización sin ánimo de lucro con sede en Viena, sostiene que estas acciones son insuficientes, ya que los usuarios no tienen forma de obligar a X a eliminar los datos que ya se han ingerido para el entrenamiento de la IA.
Esta situación no es exclusiva de la red social X, ya que Meta se enfrentó a un escrutinio similar a principios de este año y detuvo sus planes de procesar datos de usuarios para el entrenamiento de IA después de que Noyb respaldara algunas quejas de GDPR e intervinieran los reguladores.
Se subraya la creciente tensión entre el rápido avance de la IA y las estrictas leyes de protección de datos de la UE. Con posibles multas por el GDPR que alcanzan hasta el 4% de la facturación anual global, el resultado de estas quejas podría sentar un precedente importante sobre cómo las plataformas de redes sociales manejan los datos de los usuarios para el desarrollo de la IA en el futuro.
Para las empresas de comercio electrónico, el caso X sirve como un duro recordatorio del delicado equilibrio entre la innovación y la privacidad. El uso de los datos de los clientes para el entrenamiento de IA, si bien puede ser beneficioso para mejorar los servicios, debe abordarse con extrema precaución y transparencia. De lo contrario, no solo se corre el riesgo de fuertes multas, sino que también se erosiona la confianza de los clientes, un activo crítico en el competitivo panorama del comercio electrónico.
Además, a medida que el comercio electrónico continúa globalizándose, comprender y cumplir con diversas leyes internacionales de protección de datos se vuelve cada vez más complejo. El resultado de las quejas contra X podría sentar un precedente que afecte la forma en que las plataformas de comercio electrónico recopilan, procesan y utilizan los datos de los clientes con fines de IA y aprendizaje automático.