El informe anual sobre patrones de pago publicado por UK Finance expone una contradicción interesante para el país. Por un lado, tras un fugaz regreso en 2022, los pagos en efectivo volvieron a iniciar su espiral descendente. Por el contrario, la proporción de personas que preferirían sentir dinero real en sus bolsillos ha aumentado asombrosamente un 66%.
De 900.000 en 2022 a la impresionante cifra de 1,5 millones en 2023 —la mayor cifra desde los tiempos prepandémicos—, las filas de estos «entusiastas del efectivo» se expandieron. Los analistas financieros han tomado nota de este salto y plantean la hipótesis de que las personas que regresan a la seguridad real del efectivo para un mejor control presupuestario pueden estar motivadas por la crisis del costo de vida.
Las redes sociales también han influido; El hábito del «relleno de efectivo» está ganando popularidad. Rebautizado para la era de Instagram, este enfoque tradicional de presupuesto divide los fondos en sobres etiquetados para diversos gastos. Los hogares con problemas de liquidez que intentan controlar sus gastos encontrarán resonancia en este método práctico.
Al observar este regreso del efectivo, las finanzas del Reino Unido se preguntan si es el comienzo de una nueva tendencia o tal vez un «error estadístico» en los datos. Curiosamente, aunque las personas con ingresos más bajos son más propensas a preferir el efectivo, la cohorte está compuesta por personas de diversos orígenes económicos y rangos de edad. Este gusto parece estar más influenciado por la personalidad que por la situación.
Sin embargo, estos fanáticos del efectivo no son exactamente fanáticos antibancarios o de privacidad. La mayoría emplea medios digitales de pago regular de facturas y posee tarjetas de débito o crédito. Para el uso diario, solo quieren el carácter táctil de la moneda.
En el otro extremo de la escala, el número de personas que viven «en gran medida sin efectivo» -que utilizan efectivo raravez o casi nada- también ha crecido, alcanzando los 22,1 millones en 2023.
Este regreso del uso del efectivo le da al cambiante panorama de las finanzas personales un aspecto interesante, mientras que el Reino Unido sigue en su camino de pago digital. Parece haber espacio para el humilde billete y la moneda en nuestro entorno siempre informatizado.